ANOTACIONES ANTES DE UNA MARCHA DE AGRICULTORES

Marcha del sector agrícola nacional recorre las calles de San José. Fotografía: Colectivo de Comunicación LaKanaya.

Son las siete pasadas de la mañana del miércoles 29 de Marzo de 2023. Amanece y en los alrededores del Parque de la Merced, hormiguero alborotado, centenares de trabajadores cruzan a la carrera buscando la terminal de buses de la Coca Cola y las numerosas paradas de las rutas capitalinas que les llevaran hasta el brete. Son la clase trabajadora, ajena de sí misma. Son la legión que mueve a Costa Rica. Todo lo mueve y todo lo llena.

Yo estoy sentado en una esquina, les observo y escribo: jóvenes, viejos, vendedores ambulantes, jardineros, recolectores de basura, policías rasos, choferes de bus, botas, botines, sandalias, tenis, maletines, bolsos, salveques de cordón, abrigos, ropita humilde comprada en americana, enaguas, gorras, unas tortillas en una bolsa plástica (sin duda un desayuno que no dio tiempo), el bolsito del almuerzo, gaseosas, chucherías, pelos teñidos, niños pequeños, rodillas que duelen, pensión que no llega y probablemente nunca llegará, vacaciones negadas, salarios de hambre, canas y prisas. Y doblando en la avenida carros, carros, carros, buses, buses, buses. Y parecieran que son un mismo rostro los rostros de los centenares de trabajadores asomando en las ventanas del transporte público. Unos van, otros vienen de cumplir con sus jornadas laborales. Centenares de caminantes, muy humildes. Cientos de soñolientos que hacen fila para tomar un bus, transbordando por segunda y hasta por tercera vez.

Aquella masa que va y viene ante mis ojos ignora que su parque cotidiano, el que patean al amanecer y vuelven a patear cuando muere el día, será pronto escenario de una movilización popular en apoyo al sector agrícola nacional. Los transeúntes son del sector privado e informal, y ya sabemos que la estrategia de los dueños de las fuentes de trabajo ha sido la de voltearles en contra de sus hermanxs del sector público. Pienso: ¡cuánta dificultad para reconocerse brazos de un mismo cuerpo! ¡cuánto podría cambiar si estxs embajadores de los barrios tomaran consciencia de su poder! Y escribo: ¡cuánto no podría incidirse con brigadas de trabajadores organizados deteniendo por un segundo el paso de lxs apresurados caminantes para mirarles a los ojos, hablarles y reconocerse en ellxs!

Casi sin darme cuenta y ya son pasadas las ocho de la mañana. Ya empiezan a llegar y a concentrarse quienes pronto serán miles de hermosxs manifestantes, oxígeno para tiempos de ahogos autoritarios. Llega la hora de prepararse para ir a reportar para LaKanaya Podcast. Pero antes de cerrar el cuaderno hago una última anotación: la patronal, ¿seguirá entre las cobijas o ya se habrá levantado?